viernes, 10 de septiembre de 2010

Confesiones de una sudaca al completar el formulario DS56




In God we trust

Yo no pienso emigrar a Estados Unidos. Ni se me pasó por la cabeza. Está fenómeno que los semáforos funcionen, que las mucamas tengan auto y que si se te rompe la licuadora te la arreglan enseguida o te la cambian. Ni que decir que ahora quizás voten al primer presidente negro o mujer, aunque presidente mujer nosotros ya tenemos y negro no vamos a tener porque no tenemos negros. Será fantástico el american way of life, pero yo me quedo acá. Entonces, ¿por qué me siento culpable al llenar el formulario DS56, todo en inglés, para poder ir a festejar los quince años de mi hija en Disneyworld? Sospecho que sospechan de mí. Desde hace varios días estoy armando estrategias para presentar los papeles justos y necesarios para que me otorguen la visa. ¿Conviene figurar como casada? ¿Tendrán forma de averiguar que el expediente de divorcio duerme desde hace un año en el Tribunal de Familia de San Isidro? ¿Que soy NI, ni casada ni divorciada, divorciada sin sentencia, casada sin hombre en la cama? ¿Será más terrorista estar casada o divorciada? Definitivamente diré que estoy casada, porque no tengo ingresos. Al menos no ingresos en blanco con boletitas de la AFIP que me protejan. Sería útil tener un ex que se prenda en las mentiras de una y acepte tramitar su visa al mismo tiempo para cumplir el sueño de la nena, al que no ha sido invitado.
Todo el tiempo me vuelve la pregunta: ¿me creerán? ¿Creerán que hay alguna mujer sudamericana descasada y con hija menor y que llega con lo justo a fin de mes que no tenga como meta en la vida quemar las naves en Buenos Aires para ir a radicarse a su glorioso país? Doce veces releí los formularios antes de imprimirlos. Mañana a la mañana tengo que ir al banco a pagar: 131 dólares apostados a la esperanza. Porque si deciden que soy peligrosa o creen que soy ventajita y que ni bien llegue pasaré a la clandestinidad del indocumentado, y entonces no me dan la visa, la plata no me la devuelven. A la tarde me toca la foto 5 X 5 de frente con fondo blanco sin anteojos sin maquillaje sin bijou sin flequillo con las orejas a la vista. Suerte que soy rubia. Con cara de medalla de oro del Sagrado Corazón, decía un profesor de la facultad antes de conocerme bien. Y el lunes, la entrevista. El momento en que no sé si al decir que estoy casada estaré mintiendo o diciendo una verdad sólo posible en este país burocrático del que, aparentemente, todas las personas como yo, piensan ellos, se quieren ir. In God we trust. Solamente en Dios, porque lo que es a nosotros, nos hacen sentir bastante incómodos con su paranoia.
(2008)

1 comentario:

  1. Genial Andy!!!!Sos una genia...Apasiona leer el dasarrollo de cada lìnea una a una...
    Sencillamente perfecto.
    Beso,Gaby C.

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